Pones la tabla al borde de la rampa, te lanzas al fondo de
la rampa, con fuerza y te deslizas por el fondo, empieza la subida, en tu mente
solo hay cabida para preparar el truco, si piensas algo mas te estrellaras
contra el suelo.
Sientes como te deslizas sobre el tubo del final de la
rampa, sabes que tienes que bajarlo, te ha costado mucho llegar hasta ahí, si
no bajas habrás fracasado de nuevo. Levantas la parte de detrás de la tabla
mientras giras hacia dentro de la rampa otra vez. Das un fuerte empujón hacia
abajo, sientes el viento en la cara, la
adrenalina se dispara en tu interior, estas eufórico.
Otra vez, el eje trasero de la tabla resbala y caes sobre el
duro cemento, te levantas de un salto y coges la tabla. Otra vez. Sales
disparado por uno de los laterales de la pista con la tabla bajo los pies… Algo
así debe ser volar.
Vuelves a lanzarte, al subir apoyas en la barra el eje de detrás
girándote preparado para lanzarte hacia abajo solo al escuchar ese sonido de
metal contra metal. Clac. Abajo, fuerte, ahora los dos, escuchas el rascar de
metal contra metal de nuevo, pero esta vez prolongado, deslizándote sobre una caída
que a priori puede parecer baja.
Las primera vez que te lanzas no tienes demasiado miedo, no
es tan alto piensas, sitúas la tabla apoyada en el borde de la rampa solo con
la aleta trasera, con el resto suspendida en el aire. La teoría está muy clara,
cuerpo hacia delante, dando patada al bajar para así darte fuerza y que el
skate no te escupa hacia detrás. Terminas en el suelo por falta de confianza en
ti mismo.
Me he dado cuenta de que me resulta tan fácil volver a
patinar después de cuatro meses por la simple razón de que conozco los
movimientos de la tabla a la perfección.
Bajas, subes, caes, otra vez, bajas, caes, levanta, otra
vez, subes, caes, bajas, otra vez, otra vez, otra vez. Una idea empieza a ser
viral en mi mente, eres indestructible, me repito una y otra vez.
Me lanzo a por todas,
a sacar un truco que está muy fuera de mi alcance, subo con velocidad la rampa,
salto antes de llegar al borde y giro para que el centro de la madera de contra
el metal y pueda bajar, la tabla si da contra el metal pero resbala y me escupe
hacia detrás. Caigo sobre el metal de espaldas, justo sobre la cresta iliaca
izquierda. Duele. Me levanto, no puedo andar bien, duele mucho al apoyar.
Soy indestructible pienso mientras me fumo un cigarro sentado
al lado de la pista. Me levanto dolorido, vuelvo a intentarlo, esta vez me voy
de cara y amortiguo con las manos. Me levanto pensando que no soy tan indestructible.
Vuelvo a hacer dos grinds con los dos ejes y me piro a casa.
Me gusta demasiado patinar porque me impide pensar, si
pienso fallo.
No puedo fallar.
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