lunes, 13 de junio de 2011

sabes que no puedes más.

Sientes como poco a poco tu cuerpo va perdiendo el ritmo que lleva tu mente. Una meta, llegar de un punto a otro corriendo sin detenerte un instante sin mirar atrás. Sientes un inmenso dolor en las piernas pero no te detienes tienes que llegar a ese punto a toda costa. Notas tu respiración violenta mientras se aceleran a una velocidad enorme tus latidos.
Te duele todo el cuerpo aun así no puedes parar. Hasta que ya no puedes más aun así sigues intentando superarte apurando los últimos metros para lograr tu meta y así poder realizarte un poco más.
 Tus piernas empiezan a arder y piensas en parar, detenerte y dejarlo. No puedo ¿A todo se limita eso? ¿Simplemente he fallado y ya está? No, no tengo que lograr-lo, tengo que llegar como sea… de repente te fijas en que hay un grupito de gente mirándote extrañada. Debe ser porque estas empapado en sudor y rojo como un tomate a causa del esfuerzo.
 No pares, ahora no, no puedes rendirte, vamos falta poco piensas. La música te ayuda a hacer un esfuerzo mayor todavía. Ese ritmo que va fluyendo por tus venas y marcándote los pasos tal cual un reloj, uno detrás de otro. Tus piernas arden no puedes detenerte.
Hasta que te fallan las piernas y caes en el suelo lleno de rabia y derrotado no sabes que hacer. No puedes levantarte. No sabes qué hacer. Has fallado, has caído donde tantos otros cayeron te quedas mirando al cielo ya oscuro. Tumbado boca arriba sobre el asfalto, te duele el golpe pero no te importa. Has fallado tu cometido. Lo tenías tan sumamente cerca y no has podido aguantar.
Apenas puedes moverte, levantar-te supondría mucho esfuerzo y sigues un rato tirado en la hierba mientras piensas el por qué te han fallado las piernas en ese preciso momento. Hasta que te das cuenta que tenían que fallar. Tenías que detenerte mucho antes pero no lo hiciste no te rendiste hasta que tus fuerzas se extinguieron. Hasta que no te quedo más remedio que caer. Se dibuja una tenue sonrisa en tu cara y te levantas con dificultad. Sabes que lo has dado todo y por eso estas contento. Habrás  caído, sin conseguir nada. Pero lo menos lo has intentado.
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