No es tan fácil, nada es tan fácil, creo que he perdido otro
año. Vuelvo a darme cuenta tarde de todo, como siempre. Y aquí estoy, llevo una
hora y media fabricándome apuntes que probablemente no me sirvan para nada,
pero tengo que intentarlo, tengo que intentar salvar lo que queda de año.
Justo ahora tú te vas lo cual me facilita un poco las cosas,
pero no significa que no te vaya a echar de menos, que ya no tendré un
compañero de lunes, ni una persona para simplemente pasear y que yo te vaya
diciendo, mira, que buena está esa y tú me respondas, anda que aquel tío… Me
haces reír mucho, me gusta tu manera de ver las cosas, la intimidad que hemos
alcanzado. También acabo de conocer a una gente genial, pero esperaba poder
seguir conociéndola contigo, no acabo de asimilar que ya no vas a estar. Que no
te podré llamar para decirte que si nos tomamos unas cervezas y fumamos un poco,
y te plantes en mi casa más rápido que un rayo… Eso no era una despedida, era
un hasta luego.
Ahora mismo volvería a la playa, para no pensar nada, para
esperar a la primavera. En ese momento sentados en la arena mirando los tonos
que iba adquiriendo el horizonte y el reflejo del cielo en la arena. Eso era un
sueño, un sueño precioso, una tarde inolvidable, la sensación en mi cabeza de
ser un gigante, de saber que por un instante fue primavera. Sigo sin tener
nada, pero tu carita me convenció para seguir escribiendo aquí. “No me mires
así” No te sé mirar de otra manera. Sigo sin saber porqué te ríes, pero me
encanta. Quiero volver a esa playa y olvidar el tiempo, quiero volver a esa
playa y soñar que todo va a ser diferente, que me queda algo en esta vida… Que tengo algo que hacer aquí, que no necesito un porqué para hacer las cosas, que no me va a doler.
“Esperare a la primavera, no volveré a pensar en ti”
No hay comentarios:
Publicar un comentario