Humillado, perdido, herido, odio la coraza que me he puesto
al corazón y mi fachada se desmorona con mi ausencia, no me reconozco siendo yo
en otras pieles que solo me quieren rozar, no quiero más estupideces absurdas e
ilusiones de un solo día, me lacera el pensamiento cada gota de sudor derramada
para horas secas.
Ya no quiero humedecer mis horas en vano, ya no quiero
pieles ausentemente desconocidas, voy a explotar en el salpicadero y
desparramar toda mi alma en un asiento de atrás mientras recuerdo mis pies de
arena en otra cama. Joder como me escuecen las nociones de mi yo y nada me
recuerda a mí, me he perdido y no me sé encontrar, estoy jugando al escondite
sin mi arte porque me lo dejé olvidado en la última calada de una chusta que me
quemaba entre los dedos, así me quemo a mí mismo, porque nunca has sido tú el
motivo de mi tristeza, porque siempre he sido yo mismo el que se escondía y
dejaba que me sacaras a punta de sonrisa, porque siempre ha sido a mí al que le
asustaban las alturas y empecé a escalar sin seguro, con toda la certeza de que
me iba a matar cuando llegara arriba. Me equivoqué, no me he matado porque
nunca llegué a subir, de hecho estaba excavando.
Ostres
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