Aquel día el sabor era tan intenso… Nada que ver con las
otras veces que lo había inhalado, ni las siguientes que lo haría, el humo era
especialmente denso, como mágico, la música caldeaba el ambiente e invitaba a
un poco de desenfreno, a destruir tensiones y satisfacer deseos, aquella tarde
que se convirtió en noche y ahora evoco tras el nuevo encuentro con ese sabor,
más apagado, menos dulce y afrodisiaco. Ese humo que desencadenaba algunos
recuerdos mágicos para mi, sueños hechos realidad, un olor, su olor. La emoción
y satisfacción que me produjeron, la magia y esa mirada que me cautivo. Voy
perdido de tu olor buscando algo de ti en cualquier mirada. Ambos escenarios
infinitamente distintos y mucho aprendido por el camino, en uno añoro tu
presencia en otro empecé a soñar de ella.
Nunca quise una despedida.
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