lunes, 7 de mayo de 2012

Solo.


Debe ser bueno poder llorar de vez en cuando, por necesidad, una vía más para desfogarse, dejando a un lado drogas, deportes, simplemente soltando aquello que llevas dentro en forma de lágrimas y gemidos.

Allí estaba tumbado una vez más frente a un techo vacío, observando una quietud que empezaba a tornarse abominable, todo lo que una vez fue un sueño se volvía en su contra sabiendo que nunca más volvería a ser lo mismo.

La angustia le oprimía el pecho pero se veía totalmente incapaz de llorar, tan indefenso, a merced de ella nuevamente, estupefacto. Suspira en un intento de arrancar esa sensación que le ahoga, de matar esos monstruos de papel que él mismo escribió y que ahora se volvían en su contra. El paisaje se tornaba desolador por momentos, la falta de vida en esa habitación iba a terminar por segarle la suya propia, unas manchas de sangre en las sábanas desvelan un pequeño error relacionado con un cuchillo. Todo estaba tan claro que le cegaba, nada podía ver, su propia verdad le consumía. Escucho un ligero sonido por encima de su respiración, el único sonido que le acompañaba en ese momento, el timbre sonó un par de veces.

Ella de nuevo, esto empezaba a ser cansino y extremadamente doloroso, conforme se acercaban los pasos, aumentaba su temblor, su presencia le incomodaba más de lo habitual, a ella se le reflejaba la lastima en los ojos, todo estaba hecho unos zorros, hacia semanas que nadie se acercaba por allí. Él había terminado por espantar a todos sus amigos y conocidos con sus respuestas bordes y gilipolleces.

Traía comida y algo de esperanzas envenenadas, una especie de tortura que se repetía constantemente en su cabeza,  él cogió el cuchillo con el cual antes casi había dado fin a su vida, ella empezó a gritarle que por que estaba el cuchillo manchado de sangre. Se lo clavo en el pecho sin mediar palabra, frente a ella, mientras la miraba a los ojos y contemplaba con una sonrisa amarga como todo aquello que había sido una lago de agua esperanzadora ahora era un lago de sangre en el cual se reflejaba el odio de ella, la desesperación de él.

Estoy como una puta regadera, ya lo sé. Disculpad por tardar tanto en subir algo.

2 comentarios:

  1. ¿Sabes? Has mejorado mucho a la hora de escribir desde que abriste este blog, que apenas tiene un año, y eso tiene mucho mérito.
    Espero que esta historia la hayas desarrollado en la zona de tu mente de imposibles.
    Y a lo de que estás como una puta regadera, ¿lo dudabas acaso? (:

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