Y… ¿Qué fuimos?
Felices, al menos yo, en lo que respecta a ti jamás
proferiré una queja que no sea que te marchaste.
Saber que aun me sueñas me descoloca, me deja fuera de juego
y vuelven todas las preguntas incomodas que no me quiero responder, toda esa
mierda que no he querido aceptar, creía que ignorar y olvidar iba a ser la
respuesta ahora asimilo que todos los nubarrones siguen ahí, desde el
principio, al final nada ha cambiado.
Y aquí sigo, tan abrumado como de costumbre ya. Enfrentarme
a mis problemas es algo nuevo para mí y no sé bien como cojones hacerlo, quiero
gritar que necesito ayuda, que te necesito a ti, pero no puedo, sería demasiado
egoísta.
La cuestión es cómo no decirte todo esto, cómo no decirte
que te echo tanto de menos, que el solo recuerdo de tu piel me entristece más
de lo qué algún día imagine como sería tu perdida.
Te imagine tantas veces marcharte que cuando lo hiciste
realmente no lo llegaba a comprender. A ti no puedo perderte, no puedo dejarte
marchar sin más. Oh, dios, como me ahoga esto, es ese nudo en la garganta, quizás
de insomnio, quizás de echarte de menos, quizás es el hecho que no puedo
aceptar que me hayas olvidado, que aunque vuelvas aquí jamás volverás a mi
lado.
Y yo, como un tonto sigo soñando, no nos quedan playas, tú
no querías seguir soñando.
Sé la ilusión que da recibir un comentario, yo también tuve blog pero lo dejé por falta de inspiración y me pasé a tumblr. Escribes muy bien. Un beso, Viva Las Vegas.
ResponderEliminarMe has dado una sorpresa muy agradable, muchas gracias. No creo que escriba muy bien, solo lo intento. Un beso.
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