lunes, 18 de febrero de 2013

No nos quedan playas.


Y… ¿Qué fuimos?
Felices, al menos yo, en lo que respecta a ti jamás proferiré una queja que no sea que te marchaste.
Saber que aun me sueñas me descoloca, me deja fuera de juego y vuelven todas las preguntas incomodas que no me quiero responder, toda esa mierda que no he querido aceptar, creía que ignorar y olvidar iba a ser la respuesta ahora asimilo que todos los nubarrones siguen ahí, desde el principio, al final nada ha cambiado.

Y aquí sigo, tan abrumado como de costumbre ya. Enfrentarme a mis problemas es algo nuevo para mí y no sé bien como cojones hacerlo, quiero gritar que necesito ayuda, que te necesito a ti, pero no puedo, sería demasiado egoísta.

La cuestión es cómo no decirte todo esto, cómo no decirte que te echo tanto de menos, que el solo recuerdo de tu piel me entristece más de lo qué algún día imagine como sería tu perdida.
Te imagine tantas veces marcharte que cuando lo hiciste realmente no lo llegaba a comprender. A ti no puedo perderte, no puedo dejarte marchar sin más. Oh, dios, como me ahoga esto, es ese nudo en la garganta, quizás de insomnio, quizás de echarte de menos, quizás es el hecho que no puedo aceptar que me hayas olvidado, que aunque vuelvas aquí jamás volverás a mi lado.
Y yo, como un tonto sigo soñando, no nos quedan playas, tú no querías seguir soñando.

2 comentarios:

  1. Sé la ilusión que da recibir un comentario, yo también tuve blog pero lo dejé por falta de inspiración y me pasé a tumblr. Escribes muy bien. Un beso, Viva Las Vegas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me has dado una sorpresa muy agradable, muchas gracias. No creo que escriba muy bien, solo lo intento. Un beso.

      Eliminar

Licencia Creative Commons
Este obra de Quique Perigüell Cabanes está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.