A veces se escuchan cuervos por la ventana y peco de echarte de menos.
Desprendemos inutilidad a bocados desvaneciendo las almas en suspiros,
callados, vacíos, anduvimos en silencio, molestos a días de estupidez,
desnudamos las paredes sucias de tu ausencia y vertimos al pasado todo el
presente que teníamos por delante.
A veces te sueño distante y peco de echarte de menos,
después insto a mi conciencia que los imposibles ya se han marchado, recomponiendo las horas funestas y atacando a la razón más pura.